La fiesta de la Virgen del Rosario fue instituida por San Pío V (Papa de 1566 a 1572). La fecha elegida fue el 7 de Octubre, aniversario de la victoria obtenida por los cristianos occidentales en la Batalla de Lepanto (1571).
Esta batalla tiene un gran significado, con connotaciones históricas y religiosas: la victoria cristiana contra el invasor musulmán fue atribuida de inmediato a la Madre de Dios, invocada antes de la lucha por los guerreros cristianos, quienes rezaron en coro el Santo Rosario. Lepanto aseguró la prevalencia del cristianismo como religión universal, como marco moral y forma de vida.
Por lo expuesto, San Pío V tomó la decisión de instituir tan importante festividad mariana, inicialmente conocida como “Fiesta de la Virgen de las Victorias”. Es hermoso y aleccionador ver cómo la fe se entreteje con la historia de los pueblos y ver cómo, en todas estas cosas, María ha sido siempre protagonista. Por eso, esencialmente, la celebración de la Virgen del Rosario es una ocasión para volver a Ella y meditar los misterios de Cristo en su compañía.